Según nos enseño Josef Albers, un color puede combinarse
con cualquier otro, siempre que las cantidades sean las apropiadas, siendo necesario tener en cuenta el peso que proporciona el color y el plano que
ocupa, su intensidad y la cantidad del mismo. Esto nos aportará una simetría
visual y cromática. Si además trabajamos con los colores análogos, fácilmente podremos
obtener una armonía visual muy agradable
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