Desde niño he oído decir que entre el blanco y el negro existen infinidades
de grises. Además del simbolismo que representa la frase, desde el punto de vista
pictórico es cierto. Las gamas de grises son infinitas y aportan sensación de
neutralidad, a veces dualidad entre la alegría y la tristeza.
El color gris es una transición entre el blanco y el negro, más neutro,
menos enérgico que los otros dos. Da la sensación de aportar equilibrio y
elegancia.
El blanco crea una idea de pureza y de luminosidad muy grande, justo todo
lo contrario que ofrece el color negro.
Con esta obra he querido armonizar, gracias a los grises, los contrastes
tan fuertes que producen el blanco y el negro. Los grises le dan una visión más
armónica y relajada que, junto con el azul, confieren al cuadro una sensación
menos agresiva. Al menos esa ha sido mi intención
Impresionante la combinación, la fuerza, la luz, el equilibrio, la pincelada...... Un armonía simple de color que solo unos pocos estáis tocados para realizarla
ResponderEliminarMe recuerda un paisaje nevado, pero con una fuerza increíble, debe ser difícil poder realizarlo con tan pocos colores con un resultado tan sorprendente. Fantástico
ResponderEliminarMe produce inquietud, pero la composición y la ejecución me encanta. Sigue así Dani, me encanta que explores nuevos caminos
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