Esta obra la he titulado gestualidad, porque su realización
ha sido así, totalmente gestual. Dejando que el pincel, a través de la
forma de aplicar el color, ofrezca un lenguaje plástico que exprese las sensaciones
que en ese momento quise plasmar.
Leemos y oímos muchas veces, que un pintor se ha inspirado
en una serie de cosas que realmente no son ciertas. Muchos de los autores de estos
comentarios necesitan seguir una teoría para de esa forma sentirte cómodos.
Casi siempre suelen hacer interpretaciones de tipo psicológico, sin darse cuenta que están llevando a las personas a decir ante una obra abstracta "es que yo no entiendo"
Pero realmente no es así, la obra habla a través del
lenguaje del pincel aquello que el pintor siente en su interior, siendo, en este caso, a través del gesto, la forma de aplicar los colores en el soporte lo que le da la
inmediatez.
Provocando al espectador para que se
introduzca en la obra, para que sea el quien viaje dentro de ella y sienta sus
propias emociones. La obra te capta o no te capta, te crea empatía o no, y eso es lo que vale al espectador, es con lo que se queda.
No se trata simplemente, como podéis ver, de coger un pincel
y derramar pintura sin criterio alguno. Se necesita muchas horas de trabajos
anteriores, de frustraciones y de gozos, para llegar a esa forma de pintar, donde la
duda no existe y, gracias al gesto, podemos plasmar la inmediatez de ese momento tan excitante que es plasmar el interior de uno mismo hacia el exterior.
Espero que os guste