Partiendo de esa idea, preparé mis pinturas y pasé a la acción. Primeramente, mezclé barniz con diferentes verdes para el ramaje y marrones para el tronco del árbol.
Lo más complicado fue la parte que se sitúa delante del
árbol. Todo un mundo de hierbas y florecillas, malvas, lavanda, etc. Realice un
fondo y sobre el unas texturas para darle una visión de espacio entre el fondo
y las flores. Acaricie con la brocha las texturas, después de mucho trabajo y
observación, este fue el resultado final.
La textura real, la podemos observar en la aplicación física de la pintura. Las pinceladas visibles y diferentes cantidades de pintura crean a nivel visual una expresión donde el fondo aparece y resalta aún más para darle una mayor expresividad en lo plasmado en la obra