Acríco sobre lienzo 100x81 cm
Me conocieron en seguida por quien no era y no
lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme la máscara,
estaba pegada a la cara.
Cuando me la quité y me vi al espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, ya no sabía vestir el dominó que no
me había quitado.
Tiré la máscara y dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la administración
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para probar que soy sublime.
Fernando Pessoa
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